
2025 – EUROPA
LETRAS
CEREMONIA.
(Texto de Julio Martínez Mesanza. Música y adaptación de Gabriel Sopeña)
En las manos de Dios está la vida.
Prepara siempre el último combate,
no importa que después sigas luchando.
Prepara siempre el último combate.
Reza solemnemente y sin angustia,
dando a las formas su valor supremo.
Debes hacer un rito del vestirte:
la sobreveste puede ser mortaja.
Cuando vayas al paso hacia el combate
saluda brevemente a tus amigos
y baja la visera de tu yelmo
para significar que arrostras solo
la mirada, y de frente, del acaso.
En las manos de Dios está la vida.
Pídele la victoria solamente
y el perdón de la sangre y de la audacia.
Prepara siempre el último combate.
(Coro) Prepara siempre el último combate,
prepara siempre el último combate,
prepara siempre el último combate.
En las manos de Dios está la vida.
DE AMICITIA.
(Texto de Julio Martínez Mesanza. Música y adaptación de Gabriel Sopeña)
Si tuvieses al justo de enemigo,
sería la justicia mi enemiga.
A tu lado en el campo victorioso
y junto a ti estaré cuando el fracaso.
Tus secretos tendrán tumba en mi oído.
Celebraré el primero tu alegría.
Tus rivales ya son rivales míos:
tus rivales ya son rivales míos.
Aunque el fraude mi espada no consienta,
engañaremos juntos si te place.
Saquearemos juntos si lo quieres,
aunque mucho la sangre me repugne.
Tus secretos tendrán tumba en mi oído.
Celebraré el primero tu alegría.
Tus rivales ya son rivales míos:
tus rivales ya son rivales míos.
(Coro) Mañana el mar inmenso nos espera (x4)
ES PODER UNA TORRE SOBRE ROCAS.
(Texto de Julio Martínez Mesanza. Música y adaptación de Gabriel Sopeña)
Es poder una torre sobre rocas.
Es poder una torre sobre rocas
cuyo interior adornan ricas telas
e inscripciones de anales y de leyes.
Una torre que guarda los despojos
de solares y eternas dinastías.
Es poder una torre sobre rocas.
Es poder una torre sobre rocas.
Tiene el poder severos escenarios
e implacables sirvientes silenciosos.
Poder arroja infamia sobre el tibio
y no acepta en su guardia a los neutrales.
Es poder una torre sobre rocas.
Es poder una torre sobre rocas.
Tiene la torre normas que el profano
no comprende y desprecia torpemente.
Poder cierra la boca al arbitrista
y hace que el cuerdo abrevie su discurso.
(Coro) Es poder una torre sobre un yermo
cuyo exterior el tiempo hizo terrible.
Es poder una torre sobre un yermo
cuyo exterior el tiempo hizo terrible.
Es poder una torre sobre rocas (x3).
ASEDIO.
(Texto de Julio Martínez Mesanza. Música y adaptación de Gabriel Sopeña)
Sus torres arderán como si fueran
secas espigas. caerán sus Muros.
Es mucha su jactancia, y excesivo
su orgullo: su orgullo.
No conoce el latigazo de la enorme ballesta,
ni conoce el hambre que no acepta ley alguna.
No conoce el latigazo de la enorme ballesta,
ni conoce el hambre que no acepta ley alguna.
Sus torres arderán como si fueran
secas espigas. caerán sus Muros.
Polvo será en el polvo del desierto
y de su honor no escribiremos nada.
Polvo será en el polvo del desierto
y de su honor, no:
no escribiremos nada.
ARCO.
(Texto de Julio Martínez Mesanza. Música y adaptación de Gabriel Sopeña)
Cada flecha es un día.
Tiene un punto cercano al sol,
y luego, exhausta, baja.
Y luego, exhausta, baja.
El arco que dispara
tanta flecha pudiera ser,
pudiera ser la vida.
Pudiera ser la vida.
Si quebrara su duro nervio, el ansia moriría.
Si quebrara su duro nervio, el ansia moriría.
El arco que dispara tanta flecha
pudiera ser la vida.
Cada flecha es un día.
Tiene un punto cercano al sol,
y luego, exhausta, baja.
Y luego, exhausta, baja.
TAMBIÉN MUEREN CABALLOS EN COMBATE.
(Texto de Julio Martínez Mesanza. Música y adaptación de Gabriel Sopeña)
También mueren caballos en combate,
y lo hacen lentamente, pues reciben
flechazos imprecisos. Se desangran
con un noble y un callado sufrimiento.
También mueren caballos en combate,
también mueren caballos en combate
También mueren caballos en combate,
de sus ojos inmóviles se adueña
una distante y superior mirada,
y sus oídos sufren la agonía
furiosa y desmedida de los hombres,
furiosa y desmedida de los hombres.
También mueren caballos en combate.
También mueren caballos en combate.
También mueren caballos en combate.
LA HUELLA
(Texto de Julio Martínez Mesanza. Música y adaptación de Gabriel Sopeña)
No digas que en la nieve de tu cuerpo
gotas de sangre ves cuando me marcho.
No me gustan los símbolos terribles,
me hiere menos la verdad desnuda.
Declaro que he sufrido. Y no me crees;
mis heridas demuestran mi pureza.
Para no parecerte olvidadizo,
confieso lo que quieres que confiese:
el asalto al distrito de la usura,
la inútil destrucción de la mezquita
y el saqueo sin fin y entusiasmado.
Confieso lo que quieres que confiese.
Pero jamás repitas que al marcharme
gotas de sangre ves en la almohada
o harás nacer la intolerable culpa.
No digas que en la nieve de tu cuerpo
gotas de sangre ves cuando me marcho
o harás nacer la intolerable culpa.
O harás nacer la intolerable culpa
No digas que en la nieve de tu cuerpo
gotas de sangre ves cuando me marcho
o harás nacer la intolerable culpa.
O harás nacer la intolerable culpa
Después de Hattin.
(Texto de Julio Martínez Mesanza. Música y adaptación de Gabriel Sopeña)
Yo en el lejano Krak, tú en Antioquía:
las tropas del sultán talan las tierras
y todos los caminos han cerrado,
y todos los caminos han cerrado
Para nada me sirve mi armadura
si la vida me niega tu presencia
y sé que inútil es mi cobardía.
Y sé que inútil es mi cobardía.
Leo a Pablo en la noche de la angustia:
me pregunto si alguna vez fui digno
o si ensucio las armas y los nombres,
si soy más que temor y tiempo vano
Me pregunto qué impide que esta noche
sea la espada mi perdón eterno.
y la cota de mallas mi mortaja
Me pregunto qué impide que esta noche
sea la espada mi perdón eterno.
y la cota de mallas mi mortaja.
Me pregunto qué impide que esta noche
Sea la espada mi perdón eterno
Me pregunto si alguna vez fui digno.
San Luis
(Texto de Julio Martínez Mesanza. Música y adaptación de Gabriel Sopeña)
Hay algo noble en todas las espadas.
Hay algo noble en todos los jinetes.
Y espadas nobles hay en manos regias,
y audaces horas y monarcas santos
que cabalgan enfermos, poseídos
por una gracia que el temor destruye.
Ellos nunca quisieron ser los dioses
pues Dios era su sueño y su vigilia.
Hay algo noble en todas las espadas.
Hay algo noble en todos los jinetes.
Y espadas nobles hay en manos regias,
y audaces horas y monarcas santos.
Ellos nunca quisieron ser los dioses
pues Dios era su sueño y su vigilia.
Hay espadas que empuña el entusiasmo
y jinetes de luz en la hora oscura.
Hay algo noble en todas las espadas.
Hay algo noble en todos los jinetes.
Hay espadas que empuña el entusiasmo
y jinetes de luz en la hora oscura (BIS).