Loquillo: «Me han vetado y he montado unos pollos cojonudos»
El cantante actúa el sábado 15 de octubre en el Wizink Center dentro de su gira El Rey. Loquillo fue el primer artista en tocar en el estadio madrileño en plena pandemia y en dar el primer concierto con aforo completo en el mismo recinto.
Vuelves al Wizink donde diste el primer concierto cuando estábamos en pleno coronavirus.Soy el único artista que puede hablar de ello. Abrimos el Wizink cuando nadie quiso abrirlo. Habían hecho la oferta a otros artistas y nadie quiso. Nosotros somos audaces y valientes. Es el ADN de la casa.¿Cómo va a ser el recital?La fecha que vamos a hacer ahora pertenece a 2020. Es un concierto donde se unen dos discos: El último clásico, que es el último disco del siglo XX y Diario de una tregua, que es el primer disco del siglo XXI. La gira del primero empezaba una semana después del protocolo Covid. La pandemia nos destrozó la gira, la inversión… Fue demoledor económica y emocionalmente. Y Diario de una tregua es el primer disco con un personaje diferente, que ha pasado por una travesía del desierto, que venía de la oscuridad y de una enfermedad y que durante todo este trayecto ha ido abriéndose la luz. Ha sido un momento intenso y, sobre todo, muy de sentirlo y de vivirlo.
¿Y qué viene después de la tregua?
La transformación. Siempre he sabido cuando el personaje terminaba y cuando empezaba el siguiente. Ese personaje es maduro, el que me va a llevar a otro lado, al final del camino.
¿Ya te estás preparando para el final?
Perdona, ¡hay que saber envejecer, eh! Es muy importante. No hay nada más patético que un artista de rock que quiere ser joven cuando no lo es.Bueno, hay muchos ejemplos. Ahí está Madonna que quiere aparentar 20 años.Yo me he caracterizado por vivir siempre la edad que tengo.No te gustan los Peter Pan.No los soporto. Intento estar lo más lejos posible de ellos. Yo no soy una persona que ha pasado de la adolescencia a la madurez. Ha habido un camino. Nunca me interesó el camino del peterpanismo. Me gusta cumplir años, cometer errores y levantarme cuando me he caído. De todo aprendo. En ese sentido, después de todo lo que ha pasado y con 44 años de carrera, puedo decir que estoy en mi mejor momento y con la mejor banda que he tenido nunca. Cada uno de sus miembros son nombres propios de la música de este país y en ella se da la conjunción perfecta de juventud y de madurez, de audacia y jerarquía, términos que aprendí en mi etapa de jugador de baloncesto.¿Qué más aprendiste?Que cada jugador tiene que jugar en su puesto y dar lo mejor de sí. El baloncesto es un deporte individual que se juega en equipo. Yo lo traslado al rock.Para ti, es importante la jerarquía.
¿Cómo eres de jefe?
Soy consciente de ser un líder. De mí dependen muchas familias. Sé lo que represento en un escenario y el equipo humano que tengo, que es leal.
¿Te tienen miedo?
No, yo soy el peor. Un buen líder es aquel que gestiona el talento y que es consciente de que es el peor.
¿El peor músico?
Sí, claro, el peor de mi banda. Tienes que rodearte de gente que es mejor que tú. O como mínimo igual porque si no no aprendes nada.Hay que ser humilde para reconocerlo.No, tienes que ser un líder. No debes juntarte con gente que está por debajo de ti. Eso es terrorífico. Exijo a los demás lo que me exijo a mí mismo. En mi banda, todo el mundo está en el sitio que tiene que ocupar. Cuando eres joven, eso es muy difícil. De repente, uno quiere el puesto del otro. Aquí los papeles están bien repartidos. Si eres un buen triplista, sales a meter triples… Tengo un grupo de grandes compositores aparte de mí, que soy de quien menos me fío: Luis Alberto de Cuenca, Sabino Méndez, Igor Paskual… Eso me ayuda a no tener ese concepto de ego de que si la canción no es mía no funciona. No voy a dejar que una buena canción se pierda por el ego.
¿Te ha pasado alguna vez?
No porque nunca me he considerado primero en eso. Esto es un oficio. Tienes que aprender la profesión y darte cuenta cuando una canción es buena.
¿Y quién te ha enseñado más?
He aprendido de las bandas españolas de los 60. Yo respeto mucho la jerarquía y la antigüedad. Es un grado.
¿Se respetan esos valores actualmente?
No sé lo que hacen los demás. Yo tengo 61 años y he crecido con esa cultura. He aprendido de Johnny Hallyday… He tenido la suerte de conocer a poetas como Luis Alberto de Cuenca. Mi intuición me ha llevado a los lugares adecuados.Afirmas que mucha gente tiene una imagen de ti que ya no existe.Me refiero al personaje que dejé atrás: el de mi adolescencia, el de mi juventud, el cuarentón… Esa imagen ya no existe. Siempre he aspirado a ser un personaje de Jean-Pierre Melville, atemporal. Mi cultura es europea y eso se nota.Ahora que lo latino está tan de moda, tú reivindicas lo europeo.Me parece muy bien que cada uno reivindique su cultura, pero yo reivindico la mía. Yo he crecido con la nouvelle vague, el neorrealismo italiano, Bardem, Berlanga, el free cinema, Antonioni, el beat británico y las bandas de rock españolas. Ésa es mi cultura. Y soy barcelonés. He crecido en los cines de arte y ensayo.Has compuesto varias canciones que son himnos para varias generaciones.Cuando compuse Feo, fuerte y formal, quise hacer un retrato de mí mismo desde el punto de vista del que ve a Loquillo. Y yo dije: ‘Te voy a responder’. Lo que tú ves ahora es el personaje, en el escenario me ves a mí, de verdad. Es al revés de lo que muchos creen. Algunos piensan que cuando uno se sube al escenario se transforma y se convierte en un personaje.Sí, yo también lo creía así.Cuando salgo al escenario soy libre. Es el único lugar donde soy yo y soy libre. Cuando bajo me tengo que poner la coraza porque estoy a los ojos de los demás y todo el mundo está pendiente de lo que hago y de lo que dejo de hacer. Mi vida personal está en el alero y yo soy muy privado. Tengo un círculo muy pequeño de amigos de siempre y de gente a la que quiero. Nunca he sido personaje de la farándula ni he querido serlo. Por eso vivo en San Sebastián, que es un lugar perfecto para estar fuera del ceremonial. Estar lejos me ayuda a tener perspectiva de las cosas.
¿Los músicos como tú estáis en vías de extinción?
Yo llevo de gira 42 años. Y sé lo que veo en mis conciertos: cuatro generaciones y mucha gente joven. En todas las clases hay dos o tres tipos raros a los que les gusta el rock. Si les sumas, son muchos. Somos una inmensa minoría. Soy un artista de Rock FM, no de los 40 Principales. Cuando yo tenía 15 años ya decían que el rock había muerto. El rock tiene una capacidad de vampirizarse absoluta y recoge todas las influencias musicales que hay alrededor. Eso le ayuda a sobrevivir. Yo soy un vampiro confeso. Por eso llevo cuatro décadas en esto.Has contado que pagaste caro no diferenciar a tiempo la política del negocio.Es un sarampión por el que hay que pasar. Son dos negocios distintos. Sí que hay un punto que los une porque los dos vendemos esperanza: el problema es que ellos nunca cumplen lo que dicen y nosotros de vez en cuando hacemos canciones que cambian la vida de alguien. Ésa es la diferencia.
¿Te han vetado en algún municipio?
He sido vetado en ayuntamientos, en medios de comunicación, etc., etc… ¿Y? ¿Es un problema eso?No debería ser así, ¿no? Lo que debe primar es la música.Eso es muy bonito, ¿verdad? Y ahora te hago yo a ti la pregunta: ¿te han vetado a ti como periodista en medios?A mí no.Pues has tenido suerte. A mí, sí. Escribiendo.¿Te han censurado?Han querido censurarme y me he ido del periódico. Yo colaboro en muchos periódicos y en uno de ellos presenté la dimisión y me fui. Son gajes del oficio. Yo haría una campaña cojonuda con algo así. Algunas veces me han vetado en los sitios y he montado unos pollos cojonudos. Sirve para hacerte autopromoción.
¿Para qué te vas a quejar?
Todo lo contrario. Utilízalo.El arte tiene que ser controvertido, pero muy pocos se atreven hoy a provocar.El caca, pedo, culo, pis es muy fácil. Dices una barbaridad ahora, mañana es portada, no hablas de música y me has jodido la promoción del concierto del Wizink Center. Espero que el titular sea musical. Es cierto que estamos viviendo una época en la que decir lo que piensas es un deporte de riesgo. Pero también lo era en España en los años 60. El arte tiene que provocar dudas. Lo que no sirve es el caca, pedo, culo, pis. Eso es propio de adolescentes. Hay que retorcer al máximo y hacer pensar. Para eso están las canciones. Si no puedes hablar, lo dices con las letras de los temas.Muchas canciones de La Movida no se podrían escribir en la actualidad.A mí que me hables de la Movida es como si a Serrat le preguntan ahora sobre la nova cançó. Es algo que me queda muy lejos y muy atrás en el tiempo.
¿Por qué no se van a poder cantar según qué cosas y hacer películas según cómo? ¿Sería posible hacer Átame ahora?
A lo mejor no.
¿Vamos para atrás?
Yo no veo las cosas así.
¿No tenemos menos libertad de expresión que antes?
A ver, vamos a analizar eso. Eso sería peligroso decirlo.Pero es verdad. Todos nos autocensuramos en las redes. Yo también.Pues mal asunto.
¿Quieres decir que vamos hacia una autocracia?
No sé si tanto, pero vamos pasito a pasito…Pues alguien tendrá que reventar eso, ¿no?Tú a lo mejor, ¿no?Dale tiempo. El artista que se autocensura corre un grave peligro: mirarse al espejo y no reconocerse. Pero eso ha pasado siempre. Cuando Serrat o Paco Ibáñez no podían cantar, había muchos artistas en España que cantaban. Y les importaba un carajo la democracia y la lucha política. Hay gente valiente y otra que no lo es; gente que mira el negocio y otra que mira su dignidad. Eso ha ocurrido siempre. Cualquiera que se dedique a esto y que haya vivido como yo una etapa determinante de la historia de este país sabe lo que significan las palabras libertad y democracia. Y eso hay que defenderlo.Media España no llega a fin de mes.
¿Qué te parece el panorama?
No voy a hablar de todo eso porque no quiero hacer una entrevista política. Mi obligación ahora es hablar de mi concierto en el Wizink. En vuestro periódico hay gente que sabe más que yo para poder hablar de esas cosas. Nosotros estamos intentando normalizar una situación que lleva dos años anormal y defendiendo unos puestos de trabajo.
¿Cómo andas de salud?
Nos diste un susto cuando dijiste que sufrías una grave enfermedad.Me recuperé hace año y medio. Lo que pasa es que las malas lenguas se dedicaron a contar cosas que no eran. Estoy en perfecto estado de revista.¿Cuál es la cicatriz que más te duele?¡Bonita pregunta! Vengo llorado de casa. Mi padre estuvo en la Guerra Civil, exiliado y en campos de concentración. Era un estibador del puerto de Barcelona y cargaba sacos de 50 o 60 kilos. A mí nadie me tiene que decir si lo paso mal. Te lo comes y tiras para adelante. Clase obrera. No entendemos otra cosa. Tenemos la piel dura.Has confesado que odias a los perdedores, que te ponen enfermo.A los artistas que van de perdedores. No hay cosa que me sienta más orgulloso que un tipo de clase obrera como yo pueda crear tantos puestos de trabajo. Eso me hace feliz porque me siento útil. Por eso no me quejo nunca.El de Sinatra es «Lo mejor está por llegar».
¿Cuál sería tu epitafio?
No lo he pensado. No tengo pensado morirme.Antes me decías que lo estabas preparando.[Ríe] No tengo pensado morirme en los próximos años. Tengo mucho que hacer todavía: el mayor proyecto de mi vida y otra gira de teatros. Será el quinto disco de poesía contemporánea dedicado a Julio Martínez Mesanza, Premio Nacional de Poesía. Nunca he aceptado subvenciones y para hacer una serie de proyectos difíciles tengo que financiarme. Utilizo mi parte mainstream para financiar proyectos alternativos. Nunca podría haber hecho un documental como Mujeres en pie de guerra si no hubiera tenido financiación. Es un modelo que inventó Cassavetes: ser un actor mainstream para poder ser un director independiente.
¿Puedes contarnos algo de ese gran proyecto?
Ahora, no. Estoy en un momento muy dulce y adecuado para recoger todo lo aprendido. Los discos de poesía tienen que tener un poso. El de Luis Alberto de Cuenca me costó siete años. A un teatro se va con un proyecto teatral. Tienes que saber qué se siente y qué se pisa. No se va con cuatro acústicas a hacer tu repertorio de rock pasado a acústico. Eso se llama tocarle los duros a la gente dos veces. A un teatro hay que ir a hacer proyectos diferentes y audaces, que incluso no son rentables, pero que emocional y artísticamente son necesarios. Desgraciadamente, tampoco existe una Ley de Mecenazgo y se depende de lo que el ministro de turno conceda. Yo ya no espero nada de nadie.Pasaste por una fase oscura,
¿cómo se sale del hoyo?
La vida lleva consigo la enfermedad y la muerte.Sí, pero sigue siendo un tema tabú.A mí me han enseñado así. Mis padres pasaron la guerra y la posguerra. Sales con una piel dura. Si tienes fe en tu trabajo y en ti, sales adelante. Yo tuve que enfrentarme a una situación determinada, pero es que soy hijo único. Me he enfrentado a muchas cosas en la vida y he tenido responsabilidades muy grandes con mi familia. He tenido la muerte muy cerca. No estoy educado en el victimismo. Nunca he sido un llorón.